jueves, 20 de agosto de 2015

el ferrari nuevo


El pobre muchacho, era rico, guapo y apuesto.
Ilusionado con la vida, amaba demasiado la velocidad.

Y, cuando vió el sueño de tener en sus manos un Ferrari, no se le ocurrió otra cosa
que pisar muy a fondo el acelerador

...

luego vino, el precipicio, el abismo y el suelo, duro choque contra la realidad
que dura como una piedra

segó su vida.

2 comentarios:

Un saludo a quien visite mi blog.
Si quieres puedes dejar un comentario, se agradecerá un poco de luz.