domingo, 8 de enero de 2017

Julia


A Julia sólo
le quedaba la esperanza

de mirar la luna
un rato por la ventana
antes de irse a dormir.

Era la libélula
que atrapó Luis
y dejó en una cajita
de palillos
en la mesita de su dormitorio.

Luis era el hijo pequeño de Eva,
otro día hablaré
de ella.


Besos Dormidos.

2 comentarios:

  1. Poder mirar la luna siempre es mucho.

    Bonito!!!

    Un beso

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  2. Sí, aunque sea a través
    De unos barrotes...

    Besos.
    Gracias por tu visita.
    :)

    ResponderEliminar

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