sábado, 12 de agosto de 2017

dolor


Vuelve
el dolor a gobernar
mi vida a ratos.

A veces , no sé
cómo deshacerme de él.

El olvidar me ayuda,
el no pensar a veces también.

Cierro los ojos.
Huyo de mi misma
a lugares que no habito.

Besos.

4 comentarios:

  1. No creo que debas huir sino enfrentarte a los monstruitos que te habitan.

    Y vencerles disparándoles pétalos con tu pistola azzul.

    Un beso Linda.

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  2. Pues... estoy de acuerdo con Minimal.
    Solemos funcionar exactamente igual que una olla a presión. Acumulamos y acumulamos y tenemos alguna válvula de escape por la que vamos soltando presión pero a veces no basta. Y vale huir pero no llegaremos muy lejos... sin prisa, cuando podamos, de a poquitos, hay que abrir la olla y ver como llevamos el guiso.
    Bueno, yo hablo siempre por mí, si te parece una tontería lo dejas ir y ya está.
    Venga, ánimo. Un abrazo.

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  3. Después de mucho tiempo escapándole, decidí hacer mío al dolor. Desde entonces, nadie lo nota, nadie molesta, nadie sabe si continúo con vida.

    Saludos,

    J.

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  4. Increíble la última estrofa. En ciertos momentos es necesario evadirnos para que aquello que nos atormente no nos coma.
    Un besito.

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Un saludo a quien visite mi blog.
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