miércoles, 24 de septiembre de 2014

poema


En el bosque encantado
las setas habían crecido tanto ya

que a las propias hadas
se les exigía el carnet
de conducir
vehículos
pesados

por las autopistas
subterraneas
que poblaban

los escuetos
huecos
de las raíces
que los árboles
vivos

habían dejado con gran cariño en herencia al Lugar.

3 comentarios:

  1. Ese mundo subterràneo de raìces y hadas que pueblan el bosque està lleno de vida

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  2. Arreglados van estos con sus exigencias...carnet de conducir...y el de las vacunas! No te digo
    ;))

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