lunes, 6 de octubre de 2014

Relato.

Ella le dejó el alma helada.
Sopló el viento, se llevó las hojas
que quedaban de su presencia,
y, al volver
encontró

el ataúd vacío
y un grito que en silencio decía :

Cierra la tapa ya¡¡, que me entra en aire, y me llueve encima¡

4 comentarios:

  1. brrr qué escalofrìo me ha entrado...
    ya no hay tranquilidad en ninguna parte...

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  2. Quę malas pulgas tenįa ese muerto, por Dios! Eso o que estaba de las idas y venidas de ella hasta el gorro.
    Me ha recordado a alguien ;))

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