jueves, 18 de diciembre de 2014

heladas


En cuanto se despeja, caen la temperaturas nocturnas, hace frío y vuelve a helar.
Pero no son heladas como las de antes,( la sde otros años).
Siguen vivos algunos bichos, como mi pulgón verde de una de las fotos de la rosa y como la mosca que se me durmió entre los pétalos.

Pero mi pereza es tal, que cazada y todo me cuesta trabajo traerla aquí, de lejos al verla pensé ¿ qué hace ahí ese bicho negro?,( pensaba que era un garrapata u algo así aquel ser extraño, luego , y al repasar las secuencias fotografías de mi teléfono movil, le descubrí las alas.


Tan feliz de dormir tan bien arropada en quella Rosa de mi terraza¡¡

Ya no espero nada, porque se van los nublados, y la rosa esta más mustia.
Pero al menos fuí feliz al contemplarla como un regalo de la naturaleza.

Y un saludo de color en mi alma.


Y ahora el invierno irá tiñiendo todo de blanco y gris, y el diciembre dará paso a las reuniones familiares, y pienso en mi rosa si muere y es algo vivo, ¿ dónde estará ahora su alma?

Se va quedar muy sola si me voy y no la vuelvo a mirar¡

3 comentarios:

  1. El alma de la rosa, qué enigma...

    yo sì creo que tiene alma la rosa y es la belleza que provoca en quien la mira, como te pasò a ti
    que nunca defrauda; aunque se mustie en invierno, solo duerme.
    Precioso tu relato de heladas con la mosca arropada al calor de la flor. Y el alma de tu rosa en el corazòn
    Otro beso por aquì. Feliz noche Amapola-rosa Azzzul,
    me voy a poner de sandwich entre sàbanas jaja

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  2. Y yo llorando. Bueno solo una lagrimita. Es que niña, te pones de un sensible que pa qué!

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  3. Estoy mustia como la rosa de tu terraza. A mi la Navidad me encanta. Sin embargo no me sienta nada bien. Y mira que lo intento. Estas fechas son tan contradictorias.
    Escribes muy sensible, muy dulce. Es precioso. Un beso.

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