lunes, 10 de agosto de 2020

aceptación , poema de ayer


Te has ido
en la oscuridad de mi noche

llenándola
de distancia y frío.


Tu ausencia
rellena mi dolor con melancolía.


Espero que no seas infeliz
lejos de mi presencia,

parecía ser la fuente
de tu infelicidad,

como siempre mis sentimientos
dejaron de importar.


Como siempre tus intereses
estaban lejos
de lo que pudiera sentir mi corazón.



Me hubiera gustado
el imposible
de una explicación o tal vez una despedida

cuando tus sentimientos por mi
se apagaron del todo,

pero parece ser
que no merecía una palabra tuya


que bastaba con que te gustaran otras
para olvidarme del todo

sin necesidad siquiera de decírmelo.




Bastaba que me hicieras sentir un estorbo
sin comunicarme que ya no había sentimientos por mi.



Al parecer no merecía
ninguna explicación
, puede que lo " nuestro"
o lo que creí " nuestro"

fuera una simple mentira por tu parte,
yo no merecía ser" informada"

si tus sentimientos por mi
estaban muertos,


o puede que nunca hubiesen existido
incluso cuando me decìas que sí

con palabras bonitas,


al menos desde mi punto de vista

Yo merecía saber cuando terminaron tus sentimientos

y dejé de significar algo para ti,
pero tu silencio y "negarlo todo"


eran tu única defensa.


Y me criticas aún
querer preguntarte por tus sentimientos,

como si entre nosotros nunca hubiera habido nada,

y yo te importara
como la hoja muerta que se desprende al árbol.


Parece ser que nunca estuve en tu vida

ni siquiera en tu corazón
dada la crueldad como me tratas ahora,

como si jamás te hubiera amado,
como si jamás me hubieras amado,

como si entre nosotros jamás hubiera habido nunca nada

excepto mentiras por tu parte
para que consiguieras enamorarme,

como una más en tu lista
de mujeres que deshechar y humillar.


Si lo nuestro fue todo
una mentira por tu parte ,

te felicito mentías muy bien.


Llegué a creerte.


Y merecerías un diploma.



No sé si con otras volverás a hacerlo,
o realmente tienes algún sentimiento,

y será capaz de hablar.


Pero creo que tu silencio
es el sello
con el que defines tu capacidad de comunicación.


Y no será que no lo intenté,
llegar hasta ti para comprender

el trato y actitud
que tuviste,


y aún intento comprender.


Te has ido, vale,
mi persona no merece una explicación

ni merecía saber cuándo murieron tus sentimientos,

cosa que solías negar y sin embargo
es lo que demuestras con tus hechos.


Se me han quitado las ganas de volver a preguntar.


Sólo me queda aceptar el dolor de tu hondo
desprecio

a todo lo que yo pueda sentir o cómo yo me pueda sentir.