miércoles, 16 de julio de 2014

nadas felices

A veces me gustaría no ser flor, ni alegrarle la vida a la gente que me rodea, sino convertirme en cactus.


No ser tampoco viento, ni aire ni mar.
No tengo ganas de ser nada, ni siquiera yo, o sea convertirme en un nada feliz, que ni se note que existe.

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