Una y otra vez
el dolor agujerea mi corazón
igual que un cuchillo,
y se me hace muy difícil
caminar por la vida así.
Intento dejar atrás el dolor
y me cuesta mucho,
no se va,
y mi tristeza aumenta
y mis ganas de llorar,
y solo soy un río de lágrimas
intento salir de todos mis infiernos
y reconciliarme con el cielo,
suplicando no sentir más dolor,
o aceptarlo aunque exista
y tenga alma y corazón desangrados
y rotos.
Huiré a algún mundo grato
y amable,
enterrando sentimientos
heridos y dolidos,
huiré lejos,
adonde no puedan volver
a hacerme daño más.