Hay enfados que se evaporan
en unos minutos, horas o días,
tristes enfados inconsistentes,
con mucho ruído y pocas nueces
que prácticamente casi no están.
Otros enfados más callados
se van haciendo notar
en el tiempo,
sin palabras, sin explicaciones,
y son piedras
en el camino hacia la comprensión
de los demás.
No sé que enfados serán los
mejores,
mejor no enfadarse
y simplemente dialogar o discutir
distintas posiciones
o posturas argumentales
sin alterarse un pelo.
O no discutir
siquiera, ni acercar ni alejar posiciones
sobre algo,
y mantenerse firme en la misma
postura o creencia,
ocurra lo que ocurra.
Cada cual escogerá una forma
de tantas como hay,
entender posturas y actitudes
de los otros no siempre es fácil
si no hay explicación,
o quizás llega un momento
que entender
o conocer el por qué de algo
es lo de menos,
y lo único importante
es la aceptación
se entienda o no.
Aceptar lo que no se comprende
un por qué
como ocurre por ej con la enfermedad,
muerte o cualquier otra catástrofe,
tal vez no haya siempre explicación
para todo,
aunque éso levante muros
inaccesibles a la comprensión
fabrique islas,
y destruya en entendimiento
hacia ciertas actitudes de los demás,
me pregunto sino
será tan necesario
entender el por qué de todo.
Si éso al final da igual.
Si la ausencia de comunicación
es lo mejor o no.
En mi caso tal vez
no sepa comunicar bien,
y mi mente pequeña
no da mucho de sí,
y esto tendré que aceptarlo
como un hecho,
igual que acepto
el cambiante color del cielo
o los designios meteorológicos.