Luna y estrella charlaron
largamente,
el silencio de la noche
no disipaba sus dudas
acerca de la intención
de aquella nube caprichosa,
¿ dejaría lluvia, la movería el viento?
el sol, acabaría con tanta conversación
sonriendo en cada una
de las gotas de rocío.
Hoy mi alma está melancólica,
se ha ido el calor,
el verano a punto de finalizar,
una lluvia de adversidades
amenaza Europa,
a pesar de ello el sol sonríe,
calla la estrella,
y la nube se va
regalándole a la luna
un pañuelo de seda
donde poder llorar.