A veces deambulo
por el túnel de los horrores
sin saber cómo llegué allí,
no sé si es la mente,
que por su cuenta, me condujo allí,
en un paseo gratuito
por el "más acá",
o es que la nube
que me mantenía lejos de suelo
se cansó de soportar mi peso,
y me dejó caer a propósito
en la boca de un pozo
que conducía a ese túnel de los horrores...
Ahora estoy fuera,
al aire libre, pero no olvido los sentimientos
que tuve allí,
ojalá solo sea aquello
un producto desechable de una mente
sumida en un pesimismo no real,
ojalá realmente no exista ningún túnel así,
y la vida sea siempre maravillosa,
a pesar del dolor, injusticias
o tristeza.
La muerte es un tránsito hacia otro lugar,
ése tránsito a veces mediante una larga
agonía hace este paso más difícil,
el dolor y sufrimiento humano
siguen aquí
en este mundo,
y hay que aceptarlos y vivir con ello.
Da igual que el cielo brille azul fuera
o la luz de mil estrellas en las noches rotas,
o el abrazo cálido del sol en los inviernos
fríos,
todo brillo se apaga si la luz del sol interior
no brilla a pesar del dolor
profundo del alma, cuerpo y mente humanas .
Hoy mi corazón quiero
buscar en el cielo esa luz
que pide llegue al alma
y se, aloje en el corazón humano,
deshaciendo sufrimiento,
e iluminando tinieblas,
rompiéndo túneles
oscuros de terror y horror.
Una luz que inunde todo
de comprensión, aceptación
y energía positiva.