Sonriente luna,
en el cielo azul
de la ciudad sin ley.
Sonriente luna,
Sobrevuela laberintos
en la ciudad sin ley.
La música amansa mis demonios
mientras conduzco
en la ciudad sin ley,
y atravieso mundos,
y profundizó muros,
En la eterna primavera
de la ciudad sin ley.
Algún día, volverán las lluvias
y el frío Gris,
en la eterna primavera
de la ciudad sin ley.
Algún día, sonreirá una anciana
fragil a mi helado corazón
que habita
La Selva de la ciudad
abandonada.
Y la luna algún día dormirá
en su noche estrellada,
y el sol acunara inviernos
en la ciudad de la eterna primavera,
los presos saldrán de sus cárceles,
y las nubes dibujarán arcoiris
dentro de los corazones tristes,
de la alegre y bulliciosa ciudad sin ley.
Un poema de contrastes en esa ciudad sin ley, donde además de la muerte, puede caber la luna, y la ternura, Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarBello poema para una ciudad sin ley
ResponderEliminarSaludos
Ciudad sin ley, que abarca también cosas muy dignas de resaltar como lo has hecho tan bien en tu poema.
ResponderEliminarMe gustó mucho, Amapola.
Besos.