Hoy no tengo ganas de volver a ver al duende rojo dormido en una flor azul.
Hoy me iré con mi hada madrina, y sonreiré, escondida detrás de una ola, con espuma blanca a las orillas de un mar que jamás pisé.
Después que me envuelva la niebla,
y el viento
no me encuentre aquí.
Esperanzador, o desesperanzado viaje. El único posible, o imposible, quizá.
ResponderEliminarAbrazos, siempre