Hay un frío que te congela el alma, y también las ganas de caminar por la vida con alegría, porque te ha robado los zapatos
y no te queda más remedio que andar descalza.
Descalza por encima de los pinchos que hay en el suelo.
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Sin embargo a veces algo u alguien te hace sonreír el corazón y se te olvida todo, incluso la propia vida.
Besos.
Hoy me han prestado una sandalia un rato.
ResponderEliminarFeliz semana.
Siempre habrá alguna alegría perdida en una sandalia...
ResponderEliminarAlgo o alguien... ojalá.
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