La flaca apenas era un puñado huesos, sin carnes , pura fibra y puro nervio,tuvo la desgracia de enamorarse desde muy niña de Rubicundo, el hijo de la dueña de la tienda de chucherías del barrio.
Rubicundo no era feo, de piel muy pálida y ojos muy azules, pero nadie la llamaba asi, sino por su apodo: " Tonelito", pero no bebía nada, apenas tres litros de agua al día en verano, era su gracioso perfil el que le valió su simpático nombre en el pueblo, tenía un problema metabólico , ni siquiera comía chucherías, eso si tenía unos gustos muy concretos imposibles de erradicar: papatas fritas con filete de buey y huevos fritos, pero el alcohol, ni lo probaba , pues no le llamaba nada la atención, de hecho ni siquiera salía por las noches.
El pobre de Tonelito nunca se había fijado en la flaca.
Ya que su amor platónico era la televisión.
Pero en las fiestas del barrio, alguien se coló en su casa y dejóndolo sin electricidad le obligo a salir a la calle.
Fin del capítulo.
Al Tonelito se le va a joder la vida...
ResponderEliminarNo creo, no sé, quizás es que no había pagado la factura de la luz, en cuanto pague las facturas seguro que puede seguir viendo tranquilo su querida televisión...
ResponderEliminarSeguro que trabajo no le faltará, auqnue muriera su madre en su empresa están muy contentos con él.
A lo mejor no pagó la factura por un error informatico...
Es simpático el personaje, verdad?
ResponderEliminarUn beso, Toro, gracias por pasarte por mi blog.
Feliz semana.