No se si sería casualidad o no, ( destino u azar).
Estabamos en la playa, tenía un bonito color bronceado, nos pusimos a charlar, y hablar de nuestras cosas, después vi que el alma se le puso pálida y el corazón se le encogió.
Y no era un extraterrestre ni nada, ni siquiera un duende, era una persona.
Bueno, por aquí no viene nadie, pero me di cuenta, de que tengo una entrada puesta en borrador, ( creo que por fallo de internet), no lo sé, la sacaré a la luz, Besos, por si aparece algún fastasma por aquí.
ResponderEliminarCosa que no creo, pero bueno...