Cansado de vagar por oscuros abismo, y verle la cara al mismo diablo, Guillermino había pensado hacer ya un alto en su camino.
Habló con su amigo el viento, le dijo que por favor se callase, que necesitaba echarse un siesta y ni corto ni perezoso se tumbó al lado de una higuera , (...).
Nadie sospechaba que a Guillermino le mirase de " cerca" la muerte mientras dormía...
A todos nos mira.
ResponderEliminarBesos.
Mi primer comentario se borra, ya no escribo más¡¡
ResponderEliminarMe harte¡
Un beso, Toro, gracias por pasarte.
Espero que cuando te mire a ti , no te despierte, un beso, Xavi.
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