Avelina, cansada
de estar enamorada
locamente de Juan
sin ninguna
posibilidad
decidió ir a visitar
a Eloisa
experta en curar
mal de amores
a base de brevajes
supuestamente
con poderes mágicos.
Lo que no esperaba
Avelina
era encontrar a Juliàn
en el camino.
¿ cómo acabarà el relato ?
Este es un ejercicio para fomentar la imaginación del lector.
ResponderEliminarPorque a mi ya se me ha acabado.
Besos y feliz Puente a quien pueda disfrutarlo.
Se tropezaron y a ella se le cayó al suelo el frasquito del supuesto elixir mágico, Avelina al ver sus deseos por el suelo se puso a llorar como una niña, ante lo cual Julián que jamás había sido inmune a las lágrimas de una mujer, con voz profunda y cariñosa, le dijo, por favor, no llores, déjame que te invite a un café, para compensar mi torpeza, ella se dejó arrastrar abatida a la cafetería más cercana.
ResponderEliminarSe sentaron en una mesa apartada, hablaron tímidamente al principio y según la conversación avanzaba, los dos se sentían más cómodos, Avelina ya se había olvidado de sus pócimas de amor y Julián se había olvidado de lo que iba a hacer.
Se miraron a los ojos y ella supo que no había mayor elixir que una mirada sincera y limpia y él al mirarla supo que una nueva vida empezaba en ese momento.
Besos, Amapola.
Y no, no tengo puente, que penita...
Gracias por participar en el relato.
ResponderEliminarBesos.
Avelina y Eloísa se liaron con Susana Díaz.
ResponderEliminarAhora son "El trío sevillano" y cantan fandangos por los bares de mala muerte.
Besos.
Y Julián es el que les hace las palmas?
EliminarJulián le dio un gran abrazo a Avelina -cuánto tiempo sin vernos- mientras con unas tijeras pequeñas le cortaba un mechoncito del pelo. Sólo me faltan las gotas de rocío y suspirará por mí tal como me prometió esa tal Eloisa.
ResponderEliminarPues muy bien, Avelina encuentra a Julian se olvida de Juan y Eloisa no necesita hacer magia.
ResponderEliminarSompático relato, vaya una imaginación.
Un abrazo.
Ambar
Gracias por vuestras visitas. .besos.
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