Llueven emociones,
llueve dolor,
y tal vez esperanzas
de poner fin
a todo lo que oprime
mi corazón.
Es como si floreciera
la esperanza
de cambiar y afrontar
la responsabilidad
de dirigir mi vida
para no dejarse llevar
por la intemperie
de circunstancias
que tal vez yo
inocente o subconscientemente propicié.
Me has inspirado un poema.
ResponderEliminarAhora lo publicaré.
Gracias.
Besos.
La peor parte de las lluvias de otoño es saber que luego vendrán las nieves de invierno y que todavía falta mucho tiempo para que todo comience a cambiar para mejor...
ResponderEliminarSaludos,
J.