Agustín llevaba demasiado
tiempo sin ver a
Gabriela , su mejor amiga
de la época de su ingreso
en la sala B
para enfermos mentales
descompensados.
Quién le iba a decir
que hoy volvería
a verla en la ferretería
de la calle Aguas
comprando unas tijeras
y varios modelos de cuchillos.
Fué una grata sorpresa
para él,
por fin podrían retomar
su amistad.
Se me ha ocurrido sobre la marcha.
ResponderEliminarAcepto ideas para continuar el relato.
Besos.
Es genial.
ResponderEliminarsimple y bello
ResponderEliminarEl médico que le dio el alta a Gabriela necesita tratamiento...
ResponderEliminarBesos.
Gracias por vuestras visitas.
ResponderEliminar