sábado, 21 de septiembre de 2013

atardecer


Ayer salí a pasear, estaba la tarde muy tranquila, sin viento, un cielo celeste, disimulado entre una nubes rosas muy caprichosas, el parque estaba muy concurrido de gente, caía la tarde, se puso el sol, y todas las farolas de la ciudad y del mismo parque parecían hileras de hormigas desfilando.

Yo ya no sé si yo era una hormiga más, o no, recuerdo el color del césped, y a la gente con sus prisas y sus alegrías, luego cayó un sol rojo sobre mi alma y ya no recuerdo más.