En la vida de toda persona existe un lado oscuro cuando no le da la luz del sol. Únicamente es que hay que abrir mucho los ojos para verlo bien. Bienvenidos a este blog.
lunes, 1 de septiembre de 2014
Relato.
Agapito, dejó la regadera heredada de su abuela abandonada en un triste rincón de su casa del campo.
Ya ni siquiera iba allí , tan atareado como estaba con el rítmo frenético de la gran ciudad.
Una regadera triste y sola, sin más compañía que el óxido que le regalaba la lluvia cada día que le llovía una intemperie de desesperanzas y olvidos de unas manos que jamás volverían a aquel jardín olvidado de la mano de Dios...
Pero Agapito era feliz por fin en la gran ciudad, y sus billetes engordaban y se multiplicaban cada vez que invitaba sus amigos a cervezas y comidas copiosas, pobre Agapito, tan sólo y perdido encontró por fin su ansiada soledad.
Bueno, me voy a ver a Agapito, que me ha dicho que hoy me invitará a una cena por todo lo alto¡¡¡
Besos.
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Esta es una serie de relatos espontáneos.
ResponderEliminarYa los continuaré otro día, me voy¡¡¡
Un beso¡
Y me llevo la regadera de Agapito, ( el no lo notará), voy a sembrar flores nuevas en unos macetones gordos.
Feliz Semana.
Que no te pase nada Agapito...
ResponderEliminarTORO, es un relato¡¡¡
ResponderEliminarAgapito solo existe en mi imaginación¡¡
Me envía saludos cordiales para ti¡¡¡
Besos y feliz semana¡¡