Eugenio era un hombre muy desprendido, tenía un flamante Ferrari, nuevo,
y no se le ocurrió otra cosa que regalárselo al
duende verde que antes habitaba mi blog,
y ahora me tendré que poner a buscarle
entre los árboles del bosque
al pobre del duende verde que por la autopista se escapó.
Se ha estrellado.
ResponderEliminarAhora es el duende morado.
¿ acaso piensas que bebió?
ResponderEliminar.........jajajajaja toro (salvaje)..........pobre duende no???
ResponderEliminarAmapola.........no te preocupes con lo que consume.......no podrá ir muy lejos.......seguro que pronto vuelve.
Si yo no creo que haya consumida nada, Hada¡¡¡
ResponderEliminarBesos para ti.
Es "consumido" no "consumida", perdón.
ResponderEliminarAmapola!!!............me refería al Ferrari........con solo acelerarle un par de veces te has consumido medio deposito de combustible.....................
ResponderEliminarpero me ha gustado esta confusión.......mi sonrisa para ti.