Me he roto en trocitos
pequeños que pupulan
en el aire,
diminutos,
flotando,
perdidos,
movidos por la brisa
de cualquier respiración.
Quisiera disolverme
entera dentro de esta niebla
extraña,
pero me voy hundiendo
hacia las tinieblas,
y me alejo
llena de dolor,
llena de silencio
cada vez más,
si supiera que alguna vez
alguna estrella
diera luz a mi camino
en el desierto
que atravieso, tendría
alguna esperanza,
por éso me hago
viento,
deshaciéndome
perdiéndome en la inmensidad
que me rodea y arrastra
al abismo,
un abismo hambriento
que no sé esquivar.
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