Los poemas no mueren
porque es como si tuvieran vida propia
que no depende de uno mismo,
sino de algo extraño
que te incita a escribir
para no morir dentro de uno
es como verterse al exterior
en medio de una oscuridad
ciega y sorda
que nada pierde
que nada gana
con palabras sueltas
que aterrizan donde sea para no morir
ahogadas en soledad.
Luego se hace el silencio
para poder escuchar
el latido de la vida y de la muerte de cada sentimiento ahogado
que sobrevivió
a la distancia de
eso que llaman
olvido.
Es que tienen vida propia.
ResponderEliminarSeguro.
Besos.
Sí, incluso los latidos rotos tienen vida propia...
ResponderEliminarBesos.
Buena semana .